¿Duele quitarse el microblading con láser?

Si tus cejas ya no se ven como antes y lo que un día fue una buena idea ahora te incomoda, quiero contarte que quitarse el microblading con láser no tiene por qué doler. Y lo digo no solo como técnica especializada en eliminación láser, sino también como alguien que acompaña cada semana a mujeres que llegan con miedo, dudas… y muchas ganas de volver a verse bien frente al espejo.

Uno de los miedos más comunes es el dolor. ¿Duele de verdad quitar el microblading? ¿Se siente como cuando lo hacen? ¿Es como un tatuaje? Y lo entiendo. Cuando escuchas la palabra “láser”, piensas en quemaduras, pinchazos, marcas… Pero en realidad, el procedimiento es rápido, seguro y muy tolerable.

La tecnología que usamos en el centro, actúa solo sobre el pigmento sin dañar la piel sana. Esto significa que no deja cicatrices, no quema, y lo más importante: no duele como imaginas.

La sensación que se experimenta suele compararse con el chasquido de una goma elástica suave contra la piel. Si eso ya te suena soportable, te cuento más: aplicamos frío antes y durante la sesión para mayor confort, y si lo necesitas, usamos anestesia tópica. Esto es especialmente útil en casos con piel sensible o pigmentos oscuros.

“La verdad que yo no sentí absolutamente nada de dolor, nada me molestó. Estaba preocupada porque había visto cómo remueven tatuajes en otras zonas del cuerpo y pensaba que al ser la cara dolería más… pero no sentí absolutamente nada. La sesión duró 15 minutos y salí encantada, con mis cejas limpias y sin molestias” — experiencia real de una paciente.

A veces basta con una sola sesión, otras veces hace falta más. Pero desde la primera notarás cambios. Y lo mejor: no tienes que atravesar el proceso sola, yo estaré contigo desde la primera consulta hasta el último retoque.

Factores que influyen en el dolor durante la eliminación de microblading

No todas sentimos igual. Y eso también aplica cuando hablamos de quitarse el microblading con láser. Lo que para una persona es una simple molestia, para otra puede ser más intenso. Por eso es tan importante hacer una valoración previa y personalizar el tratamiento desde el primer minuto.

Te explico los factores que hacen que la experiencia pueda variar de una persona a otra:

1. Tolerancia individual al dolor

Es el punto más personal de todos. Algunas personas lo describen como un leve cosquilleo, otras como una molestia parecida a la depilación láser. En cualquier caso, es muy soportable. Además, siempre puedes optar por una crema anestésica para mayor tranquilidad.

2. Tipo de láser utilizado

Hoy en día contamos con láseres muy precisos, pensados para zonas sensibles como las cejas. No todos los equipos son iguales, pero cuando se trabaja con tecnología avanzada como la que usamos aquí, el tratamiento es suave con tu piel y muy eficaz para romper el pigmento sin que lo notes como algo agresivo.

3. Sensibilidad de la zona

La zona de las cejas es más sensible que otras partes del cuerpo, eso es cierto. Pero también es más superficial, lo que facilita que el tratamiento sea menos invasivo y más efectivo con menos energía, minimizando así el dolor.

4. Profundidad y tipo de pigmento

Si el microblading fue aplicado profundamente o si usaron pigmentos muy oscuros o compactos, es posible que necesites más sesiones. Pero eso no significa más dolor: significa más paciencia. Cada sesión será igual de cuidadosa y gradual.

“Cuando me dijeron que tal vez una sola sesión bastaba, respiré. Me pusieron anestesia tópica, me explicaron cada paso, y la sesión fue rapidísima. Me sentí muy cuidada. No sentí ni calor, ni quemazón, ni dolor, y eso que mi piel es sensible. Salí encantada.” — experiencia real de paciente.

En resumen: el dolor no es algo que debas temer, porque se gestiona, se minimiza y se adapta a ti. Como todo en este proceso.

Cómo reducir el dolor al eliminar el microblading con láser

Eliminar el microblading con láser no tiene por qué ser doloroso, pero es cierto que la percepción del dolor varía de una persona a otra. Hay quienes lo describen como una simple molestia, mientras que otras prefieren tomar medidas para reducir cualquier incomodidad.

Una de las formas más comunes de minimizar el dolor es aplicar crema anestésica tópica en la zona a tratar. Esta crema se utiliza antes de la sesión para adormecer la piel superficialmente y hacer que el tratamiento sea más cómodo. Se aplica entre 20 y 60 minutos antes, dependiendo del tipo de producto, y se cubre con un film para favorecer su absorción.

“Lo primero que hacen es colocarte una pomada para dormirte las cejas. Me la dejaron unos 15 minutos y después, en la sesión, no sentí absolutamente nada. Nada. Estaba nerviosa por lo que había visto en vídeos de tatuajes con láser, pero fue súper rápido y sin molestias.” — experiencia personal real.

Otra medida habitual para aliviar el malestar es el uso de frío local. Aplicar frío antes o durante la sesión ayuda a calmar la zona y reducir la sensación de pinchazo que puede generar el láser. Este efecto se siente especialmente en las primeras pasadas y va disminuyendo conforme avanza el procedimiento.

Además, cada tratamiento se puede ajustar en función de la tolerancia individual. Si la piel es muy sensible, se puede bajar la intensidad del láser o espaciar más las sesiones. En todos los casos, la clave es personalizar el tratamiento para que sea lo más llevadero posible, sin comprometer los resultados.

¿Qué se siente exactamente durante una sesión con láser?

Aunque cada experiencia es distinta, la mayoría de las personas describen la sensación del láser como un chasquido rápido sobre la piel, similar al golpe de una goma elástica. No es un dolor punzante, sino más bien una molestia rápida y soportable.

El proceso en sí es breve, dependiendo de la cantidad de pigmento y la respuesta de la piel. Antes de comenzar, se suele aplicar una crema anestésica que adormece la zona y reduce aún más la sensación.

“Yo no sentí absolutamente nada. Me preocupaba porque había visto vídeos de gente quitándose tatuajes con láser y parecía doloroso, pero nada que ver. Estuve con una pomada unos 15 minutos y durante el láser, cero dolor. Al terminar, me fui como si nada.” — María G.

Durante la sesión, también se protegen los ojos con gafas especiales y se aplica frío local para mejorar la tolerancia. Algunas personas sienten calor leve o un poco de picor, pero rara vez es descrito como doloroso.

Lo importante es entender que la intensidad y tipo de sensación depende de tu piel, tu sensibilidad y el tipo de pigmento. Pero, con las medidas adecuadas, el procedimiento es muy llevadero.

¿Qué zonas duelen más al eliminar microblading con láser?

Las cejas, por su naturaleza, son una zona más sensible del rostro. Al estar tan cerca de los ojos y tener piel fina, muchas personas suponen que el dolor será más intenso. Pero la realidad es que, bien gestionado, el procedimiento se tolera muy bien.

Hay factores que pueden hacer que unas zonas sean más sensibles que otras. Por ejemplo:

  • Piel fina o muy vascularizada (como en el contorno ocular) suele percibir más la sensación del láser.
  • Presencia de vello fino: puede provocar una sensación de quemazón ligera, aunque es temporal.
  • Densidad y color del pigmento: los pigmentos más oscuros o antiguos tienden a absorber más el láser, generando un poco más de sensación térmica.

En comparación con otras zonas del cuerpo donde se realiza tatuaje o eliminación con láser —como dedos, costillas o tobillos— las cejas no son de las zonas más dolorosas. La combinación de crema anestésica, frío local y sesiones rápidas hace que, en la práctica, muchas personas se sorprendan de lo llevadero que es.

“Yo pensé que iba a doler mucho por ser en la cara, pero me equivocaba. Sentí apenas unos chasquidos y ni rastro de dolor. Me fui a casa sin molestias, sin enrojecimiento, sin nada.” Rosa A.

Así que sí, las cejas son sensibles… pero con el protocolo adecuado, es un procedimiento cómodo y sin sorpresas desagradables.

¿Duele más el láser que otros tratamientos como la depilación o el microblading?

Esta es una de las comparaciones más comunes. Si ya te has hecho microblading o depilación láser, puedes tener una referencia del tipo de molestia que se siente. Vamos por partes:

  • Depilación láser: suele generar una sensación de calor intenso o pequeños pinchazos, sobre todo en las primeras sesiones o en zonas sensibles. Muchas personas encuentran este tratamiento más incómodo que la eliminación de microblading con láser.
  • Hacerte el microblading: puede producir una leve molestia, ya que se trata de pequeñas incisiones con pigmento. Sin embargo, muchas profesionales aplican anestesia tópica, por lo que el procedimiento es bastante tolerable.
  • Quitar el microblading con láser: sorprendentemente, es percibido como menos doloroso que la depilación láser. La mayoría lo describe como un “chasquido” sobre la piel. Muy rápido y con mínima molestia si se utilizan las medidas adecuadas (crema anestésica, frío, etc.).

De las tres opciones, eliminar el microblading con láser no es la más dolorosa. Bien hecho, es un procedimiento rápido, controlado y fácil de llevar.

¿Se puede aplicar anestesia tópica para quitar el microblading?

Sí, y de hecho es muy recomendable. La aplicación de una crema anestésica antes de la sesión láser reduce significativamente la sensación de molestia, especialmente en personas con umbral de dolor bajo o piel muy sensible.

El procedimiento es sencillo:

  1. Se aplica una capa generosa de crema anestésica (como Emla o similares) sobre la zona a tratar.
  2. Se cubre con film plástico para potenciar su efecto y facilitar la absorción.
  3. Se deja actuar al menos 20 a 30 minutos antes de iniciar la sesión.

Gracias a este paso, muchas personas apenas sienten el láser durante la eliminación del pigmento.

Además de la anestesia tópica, en muchos centros se aplica frío local para reforzar el confort. Esto ayuda a minimizar el calor que puede generar el láser y mejora aún más la experiencia.

En definitiva, sí se puede aplicar anestesia, y lo habitual es que el procedimiento se haga precisamente así. Esto permite sesiones cómodas, rápidas y sin sorpresas desagradables.

Conclusión: ¿Eliminar el microblading con láser duele?

La respuesta honesta: menos de lo que imaginas.

Cada semana atiendo a mujeres que vienen con dudas, miedos y muchas ganas de volver a verse bien frente al espejo. Y casi todas me dicen lo mismo al salir: “pensé que dolería mucho más”. Con la tecnología adecuada, el acompañamiento correcto y las medidas para cuidar tu piel, el láser se convierte en una herramienta efectiva y llevadera. ¿Se nota? Sí, como un pequeño chasquido. ¿Se soporta? Totalmente.

Si el microblading que te hiciste ya no se ve como antes, si el color ha cambiado o simplemente ya no te representa, no tienes que resignarte. Estoy aquí para ayudarte. Desde la primera consulta hasta la última sesión, estaré contigo para que este proceso sea claro, cómodo y sin dolor innecesario.

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